Maullidos Urbanos: La disputa por la narcofortuna
Gato de Barrio
Resulta común que cuando alguien adinerado fallece, no acaba de expirar, cuando quienes se sienten con derecho a reclamar la herencia empiezan a disputársela, olvidándose del difunto y de todo lo necesario para el funeral.
Algo semejante sucede con Joaquín El Chapo Guzmán, quien apenas fue sentenciado en Nueva York a cadena perpetua y treinta años más, empezó el jaloneo inicialmente verbal entre autoridades de México y Estados Unidos, para ver quién se queda con su presunta cuantiosa fortuna.
Porque además de la sentencia de cárcel al Chapo, el juez Brian Cogan aceptó el pedido del gobierno de Estados Unidos para mediante una multa decomisarle al capo doce mil 666 millones de dólares, fortuna calculada por el presunto valor del mercado de las drogas transportadas por el cártel de Sinaloa hacia Estados Unidos, aunque hasta el momento no se le ha incautado un solo centavo.
Recuérdese que El Chapo Guzmán entró en el 2012 en la lista de los más ricos del mundo de la revista Forbes, donde entre sus múltiples propiedades se incluían su casa en Acapulco con un valor de 10 millones de dólares; un yate bautizado como El Chapito; un rancho en la zona rural de Guadalajara, con canchas de tenis y piscinas y hasta un zoológico donde los invitados podían subirse a un tren para observar cocodrilos y panteras, más otras no públicas.
Sin embargo, durante el juicio jamás surgieron revelaciones específicas acerca de dónde estaban ocultas las ganancias por el narcotráfico, además de que la fiscalía ha evitado indicar si conoce dicha respuesta. Incluso Jeffrey Lichtman, uno de los abogados defensores del sinaloense expresó que el gobierno estadounidense no ha localizado esos activos y precisó que “si no hay activos, entonces no hay nada que pagar”.
En su conferencia mañanera, Andrés Manuel López Obrador anticipó que México busca que los bienes y fortuna confiscada Joaquín Guzmán Loera sean devueltos al país, “ya que le pertenecen”, por lo cual Marcelo Ebrard, secretario Relaciones Exteriores ya revisa el tema.
Sin embargo, no existe ningún indicio concreto de dónde se encuentran esos miles de millones de dólares, aunque no debería perderse la pista de Emma Coronel Aispuru, esposa del Chapo, quien está acostumbrada a tener una vida de socialité, que cuesta mucho dinero y sería muy probablemente la única quien sepa dónde está la fortuna en disputa, pero de ninguna forma la tendría expuesta para que alguien llegara a intentar quitársela, legalmente o no.