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Propuestas contra la Nomofobia / Maullidos urbanos

Gato de Barrio /

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¿Sabes qué es la nomofobia? En pocas palabras, se le define como el miedo a quedarse sin teléfono o a no tener acceso a él; También se refiere a un uso problemático y excesivo del celular que interfiere con la vida diaria de la persona, así como la ansiedad o miedo a no tener acceso al aparato o a estar desconectado.

Esta es una adicción que presenta varios tipos de manifestaciones, tales como una preocupación constante por el aparato, sus notificaciones, la dificultad para dejar de usarlo, incluso cuando es necesario; utilizarlo en momentos inapropiados como en reuniones o al conducir, además de generar problemas para dormir, entre otras situaciones.

Hacer frente a la Nomofobia

Para evitar que las personas caigan en la nomofobia se han intentado varias acciones, como en el 2018 cuando Apple y Google ofrecieron varias herramientas de autorregulación, entre ellas límites de tiempo de pantalla o, también, cambiar el teléfono inteligente por uno “tonto”, es decir que solo se utiliza para llamadas telefónicas y transmisión de mensajes.

Más recientemente se han desarrollado aplicaciones con nombres como Freedom (Libertad) y Focus (Foco), que bloquean los contenidos distractores; otros serán los Startups Brick y Unpluq, que proporcionan «llaves» físicas para bloquear y desbloquear aplicaciones adictivas. Otro dispositivo es Yondr, consistente en una funda con cerradura para evitar su uso en lugares específicos como en tribunales, cines y salas de conciertos.

A principio del año Eric Antonow, ejecutivo de marketing de Facebook y Google, con la ayuda de ChatGPT desarrolló lo que llamó el Methaphone, consistente en una placa de acrílico transparente de quince centímetros de largo con esquinas redondeadas y bordes verdes, que imita al smartphone como una posible herramienta para quienes quieren reducir el uso excesivo de su teléfono.

A diferencia de otras soluciones, el Methaphone no hace casi nada. Resulta ser más bien una declaración de que aquí no hay un teléfono, pero en una cultura de excesos tecnológicos, el proyecto ha tenido una amplia repercusión, al grado de ser comparado como el Ozempic, una medicina mal utilizada para bajar de peso, cuando padecemos una epidemia de obesidad pero en la pantalla.

Ahora Antonow vende el Methaphone con un paquete opcional de calcomanías o stickers con «aplicaciones analógicas», como caminar, leer, ver amigos y soñar despiertos, para que la pantalla en blanco sea un recordatorio de que la vida sucede más allá de ese rectángulo.

(Se recomienda la lectura de la columna de Mario Vallejo en el periódico Milenio para conocer otro punto de vista acerca de la adicción al celular: // www.milenio.com/opinion/mael-vallejo/continente/ya-normalizamos-nuestra-adiccion-al-telefono ).

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