Gato de Barrio / 

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Aunque la mayoría de encuestas que difunde su gobierno otorgan a la presidenta Claudia Sheinbaum una aceptación promedio ligeramente superior al 70%, ella ha expresado en varias ocasiones que no tiene interés en asistir al partido inaugural del Mundial de Futbol, programado para el jueves 11 de junio del próximo año, en el Estadio Ciudad de México, más popularmente conocido como Azteca, y que regalará su boleto de ingreso a una niña indígena.

            Sin duda, el propósito de donar su boleto es una medida populista, porque normalmente el presidente, jefe de gobierno o mandatario del país del partido inaugural acude a declarar formalmente inaugurado el evento deportivo más seguido a nivel mundial.

Con el paso del tiempo, los mundiales de futbol se han sofisticado, al grado de que la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) controla toda la organización, desde las eliminatorias hasta la final, y sin existir antecedentes confiables anteriores a 1950, la única ausencia documentada sucedió en Francia 1938, cuando no asistió ni Albert Lebrun –último presidente de la Tercera República Francesa–, ni Édouard Daladier, entonces primer ministro.

Dentro de la formalidad del acto inaugural los mandatarios no requieren de un boleto para estar presente y de no acudir Sheinbaum, entonces sería un acto de descortesía que, sin duda, sería muy mal visto a nivel mundial. Entonces, ¿cómo explicar su reticencia a asistir?

Probablemente considere lo sucedido con Gustavo Díaz Ordaz, en el Mundial de 1970, y y a Miguel de la Madrid Hurtado en el de 1986, donde ambos fueron abucheados por los asistentes al Estadio Azteca. Según las crónicas, en el caso de Díaz Ordaz fueron unas tímidas, pero significativas expresiones de rechazo, tras la represión estudiantil de octubre de 1968.

Pero con De la Madrid si fueron más notables las manifestaciones de inconformidad, como una forma de repudio tras su ineficaz atención a los damnificados por el terremoto de 1985, principalmente en la Ciudad de México.

Aunque Sheinbaum confíe en las encuestas que la colocan como la más aprobada en la historia de México entre todos los mandatarios, sus dudas para acudir a la inauguración del Mundial en México, podrían ser porque no quiera exponerse a las rechiflas populares, entre otras razones, debido a que la mayoría de asistentes serían de los clasificados como “fifís”, por ser quienes han expresado sus críticas más severas hacia los políticos morenistas,

 La asistencia de la presidenta al partido entre México y Sudáfrica debe suceder, ya que además de ser posiblemente blanco de abucheos populares, su imagen a nivel mundial quedaría en peores condiciones por resistirse a exponerse a un juicio popular, en condiciones difícilmente controlables.

Así como por razones políticas Sheinbaum decidió acudir a Washington para participar en el sorteo de grupos del Mundial, también debería reconsiderar su postura de no acudir al partido inaugural. En el balance final, los resultados finales le resultarían menos negativos.