Adrián Chavarría Espinosa /
Con la declaratoria oficial de Claudia Sheinbaum como presidenta electa, para entrar en funciones el próximo primero de octubre, además de ser la primera mujer en llegar a la titularidad del Poder Ejecutivo Federal, será la primera política que pasará de gobernar a la Ciudad de México –antes Departamento del Distrito Federal–, a toda la República Mexicana.
Y es que desde el 31 de diciembre de 1928 –cuando se decretó la desaparición de la municipalidad de la Ciudad de México–, hasta el 4 de diciembre de 1997, le correspondía al presidente en turno designar a quien gobernaría a la capital nacional –más comúnmente llamado regente–; posteriormente se votó a quien se le llamó Jefe de Gobierno del DF, hasta el 5 de febrero de 2016, cuando se transformó oficialmente en Ciudad de México.
En todo este periodo, sin importar si era por designación presidencial o por elección, la inmensa mayoría de quienes ocuparon el Palacio del Ayuntamiento capitalino aspiraron ser candidatos a la presidencia de la república, pero vieron frustradas sus aspiraciones políticas.
Si bien a estos funcionarios se les consideraba como presuntos precandidatos, la verdad es que ninguno llegó a compararse al mismo nivel de los integrantes del gabinete federal, en particular con los secretarios de Gobernación o, más recientemente, a quienes manejaban los programas sociales como los llamados de Desarrollo Social.
De cuando se consolidó el antiguo partido oficial –llámese Nacional Revolucionario, de la Revolución Mexicana o Revolucionario Institucional–, los más citados fueron Aarón Sáenz, Javier Rojo Gómez, Fernando Casas Alemán –a quienes se les recuerda por ser actualmente nombre de avenidas o de colonias–, pero quedaron en la historia como simples aspirantes.
En épocas más recientes Ernesto P. Uruchurtu, el llamado Regente de Hierro, se mantuvo en el cargo del 1 de diciembre de 1952 al 14 de noviembre de 1966, con Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y dos años con Gustavo Díaz Ordaz, quien le cortó sus aspiraciones al ser relevado por Alfonso Corona del Rosal, quien no pudo ir más allá.
Después, con Luis Echeverría Álvarez fue designado Alfonso Martínez Domínguez, quien tras responsabilizarse de los hechos del 10 de junio de 1971, el llamado “Halconazo”, acto represivo contra estudiantes, se vio forzado a renunciar, pero después fue reivindicado al ganar la gubernatura de Nuevo León. En su remplazo fue designado Octavio Sentíes Gómez.
En el sexenio de José López Portillo, el regente nombrado fue el Carlos Hank González, exgobernador mexiquense quien logró tener una gran popularidad, pero al igual que Jesús Reyes Heroles, quien también fue señalado como presunto candidato presidencial, tenían el “defecto” de que uno de sus progenitores era extranjero y, en ese entonces, el artículo 82 constitucional impedía que por ese detalle pudieran ser mandatarios mexicanos. Más adelante, ese punto fue reformado, razón por la cual pudo ser electo Vicente Fox Quesada.
En el sexenio de Miguel de la Madrid el regente fue el guanajuatense Ramón Aguirre Velázquez, quien fue candidateado más como “relleno” ya que los dos principales aspirantes fueron Alfredo del Mazo González y el chilango Carlos Salinas de Gortari, quien finalmente fue el postulado y ganó las polémicas elecciones por la “caída del sistema”.
En 1988 Salinas de Gortari nombró regente a Manuel Camacho Solís, viejos amigos, razón por la cual sentía que podría ser su sucesor. Sin embargo, el postulado fue Luis Donaldo Colosio, entonces secretario de Desarrollo Social, lo cual motivó un berrinche al grado que renunció a su cargo, siendo relevado por Manuel Aguilera Gómez.
Aunque como “premio” fue nombrado Secretario de Relaciones Exteriores, pero dejó esa responsabilidad para asumir las negociaciones con el insurrecto Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Aunque con el asesinato de Colosio, Camacho Solís revivió la posibilidad de ser considerado como nuevo candidato, pero el elegido fue Ernesto Zedillo Ponce de León.
El último regente por designación presidencial fue Óscar Espinosa Villarreal, quien por la reforma política se permitió a los capitalinos elegir al jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, siendo el primero Cuauhtémoc Cárdenas, quien en el año 2000 por tercera vez fue candidato presidencial por el PRD, pero resultó derrotado por Fox Quesada.
En el año 2000 ganó las elecciones capitalinas Andrés Manuel López Obrador, ya desde ese entonces aspirante a la presidencia de la república, postulándose para los comicios del 2006, pero perdió por una diferencia de apenas 0.56%, resultado que desde ese entonces el político tabasqueño calificó de un fraude electoral. Sin embargo, volvió a postularse en el 2012 y, finalmente logró ganar hasta los comicios del 2018.
En el 2006 ganó la jefatura de gobierno Marcelo Ebrard, quien a pesar de tener amplias posibilidades de ser nominado por el PRD como su candidato presidencial, fue convencido por López Obrador para declinar en su favor para volver a ser postulado, dejando abierta la posibilidad de que en futuros comicios podría ser el abanderado, lo cual nunca sucedió.
En el 2012 Miguel Ángel Mancera fue el último jefe de gobierno postulado por el PRD y ganó las elecciones, pero es cuando López Obrador funda Morena y gran cantidad de seguidores y militantes del Sol Azteca deciden seguir al político tabasqueño. Así, para las elecciones presidenciales del 2018, se conforma la coalición Por México al Frente, conformada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, siendo candidato el panista Ricardo Anaya.
Para el 2018, con Morena como un partido fortalecido, propuso como candidata a la jefatura de gobierno a Claudia Sheinbaum, siendo electa sin problemas; posteriormente, cuando López Obrador da a conocer sus “corcholatas” presidenciales, es decir sus “tapados”, revela una lista de aspirantes, entre ellos Marcelo Ebrard y la exalcaldesa de Tlalpan, siendo la segunda la clara favorita desde Palacio Nacional, quien es la abanderada y el excanciller volvió a quedarse en la raya.
De esta forma, en las elecciones de 2024, con el encubierto apoyo del gobierno federal Sheinbaum logra una amplía victoria y logra finalmente que un mandatario capitalino llegue a la silla presidencial. Ahora, Clara Brugada, la futura jefa de gobierno capitalina muy seguramente buscará repetir la historia, pero ¿logrará ser considerada como aspirante de Morena? Ello dependerá tanto de su trabajo en los próximos seis años como de quienes serán sus adversarios que también buscarán ser postulados.






































