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Maullidos Urbanos: ¿Más, o menos corrupción en México?

Gato de Barrio

gatodebarrio@yahoo.com.mx

Según el reporte Barómetro Global de la Corrupción 2019, existen opiniones contrastantes con la actual administración federal, porque si bien respecto al desempeño del presidente Andrés Manuel López Obrador es calificado positivamente con un 61%, es decir entre bien y muy bien, por otra parte cuatro de cada 10 mexicanos consideran que la corrupción se ha incrementado.

            Al compararse la calificación otorgada a López Obrador, debe mencionarse que en 2017, de los encuestados el 24% consideró que el gobierno de Enrique Peña Nieto actuaba bien o muy bien en contra de la corrupción, es decir la diferencia entre ambos políticos es de 37 puntos porcentuales.

            Para establecer estas conclusiones entre enero y marzo de 2019 se encuestaron a más de 17 mil ciudadanos quienes radican en 18 países de la región; para el caso de México, el levantamiento de información fue realizado por la empresa Ipsos entre el 26 de febrero y el 9 de marzo de 2019, donde se entrevistaron cara a cara mil personas a quienes se les preguntó: “¿En su opinión, durante el último año, el nivel de corrupción en México aumentó mucho / aumentó algo / se ha mantenido igual / disminuyó mucho / disminuyó algo?”

            En el caso de México, el 44% consideró que la corrupción aumentó en el último año, en comparación, en Venezuela el 87% de los ciudadanos piensa que se elevó. Sin embargo uno de cada tres mexicanos reconoció que pagó un soborno para acceder a un trámite o servicio público en 2018, mientras que en la anterior encuesta el 51% de los entrevistados informó haber incurrido en esta práctica.

            Por áreas, los servicios públicos es donde un mayor porcentaje de mexicanos reporta haber pagado un soborno: con la policía, 52%; con el acceso a la justicia, 35%; y con la provisión de servicios públicos básicos, 30%. Estos son parte de los resultados difundidos, pero son suficientes para concluir cómo se debe interpretar estos resultados.

            Serían varias las explicaciones, pero la que considero más válida es que la ciudadanía mantiene su confianza y esperanza en particular y en lo personal en López Obrador, pero no en otros funcionarios o integrantes de la administración federal.

            Aunque para muchos podría ser un signo positivo, debe establecerse que el presidente no puede cargar con toda la responsabilidad y en caso de no lograr verdaderos avances contra la corrupción, la decepción ciudadana será de difícil pronóstico y las simpatías podrán convertirse en acusaciones y recriminaciones, tal como ha sucedido con otros políticos.

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