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Maullidos Urbanos: Funcionario(a)s con excesivo poder

Gato de Barrio

gato_de_barrio@yahoo.com.mx

Usualmente, en toda administración desde municipal hasta federal, existen funcionarios que si bien no ocupan cargos públicamente muy relevantes y por lo mismo son poco conocidos, sí ejercen un gran poder que los coloca en una posición privilegiada. Pueden ser subsecretarios, directores generales, secretarios particulares o simples asesores, pero gozan de la confianza de los titulares, quienes les permiten decidir y ejecutar acciones que a otros no se les permitiría.

            En la administración de Andrés Manuel López Obrador resulta ser Raquel Buenrostro Sánchez, oficial mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, quien es mencionada este martes en dos publicaciones.

            La primera, Roberto Rock en su columna Retrato hereje, en El Universal, en su colaboración Una halcón en Hacienda describe a “la poderosa oficial mayor de todo el gobierno federal”, al citar que la orden presidencial: “avísenle a Raquel, que lo compre ella…”, es para adquirir pipas para transportar gasolina, medicinas o ductos para Pemex: “Toda compra, toda adquisición, todo gasto es enviado a un solo escritorio para su autorización”, puntualiza.

            Agrega: “Adicionalmente se le responsabiliza de frenar contrataciones de personal aun con plazas vacantes disponibles, y de recortar gastos sin alertar a los funcionarios que sufrirán los efectos correspondientes. El respaldo presidencial del que goza la hace actuar en forma cada vez más independiente de su propio jefe, el secretario (de Hacienda, Carlos) Urzúa.”

            La segunda: la periodista Fernanda Familiar en su cuenta de Twitter difunde un oficio fechado el de abril dirigido a los titulares de las dependencias y entidades federales, donde tras citar varios artículos de la Ley Orgánica correspondiente concluye: “En virtud de lo antes expuesto, hago de su conocimiento que por instrucciones del Señor Presidente de la República, toda aquella persona contratada a partir del 1° de diciembre de 2018 en alguna plaza permanente, eventual o de honorarios en cualquier delegación u oficina de representación de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, deberá ser separada de su encargo el día de la recepción del presente oficio, en el marco de las disposiciones aplicables”.

            La pregunta es qué tanto poder puede acumular y esa funcionaria y sí en realidad López Obrador le permite hacer y deshacer a su entender, no solo para adquirir todo lo que se le pide, sino para limitar o rescindir contrataciones sin notificar a los correspondientes responsables.

            Ahora resta ver cuántos empleados federales quedarán desempleados por decisión de esta oficial mayor y conocer las consecuencias de esta medida

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