Gato de Barrio /
El sábado sucedieron dos eventos que contrastan las realidades que se viven en el país. Por un lado, en el Zócalo de la Ciudad de México, con una presunta manifestación popular se celebró el séptimo aniversario de la autollamada cuarta transformación; por otro, la explosión de un coche-bomba en el centro de Coahuayana, municipio de Michoacán en la frontera con Colima, con saldo de al menos cinco fallecidos y doce lesionados, además de graves daños materiales en viviendas, comercios y autos cercanos a la comandancia de la policía comunitaria.
Mientras tanto, nn la capital se concentraron, según informes oficiales, un total de 600 mil personas para expresar su apoyo a la presidenta Claudia Sheinbaum, tanto por los miembros de la actual clase política, como por miles de acarreados provenientes de varios puntos del país quienes viajaron por horas en autobuses, varios de primera clase, a quienes tras el pase de lista se les dio su lonche, así como mantas, lonas y pancartas para exponerlas en el Zócalo, mediante el pago de 800 pesos por día por cada acarreado o acarreada.
Pero también el Zócalo fue una zona de disputa entre diferentes agrupaciones gremiales quienes buscaban hacer sentir su presencia, incluso hubo sindicalistas que acamparon desde la madrugada para apartar los que consideraban los mejores lugares. Incluso, el discurso de Sheinbaum no fue nada novedoso, fueron temas reiterados en sus conferencias mañaneras.
Mientras tanto, en Coahuayana, la explosión de un coche-bomba para atentar contra elementos de la policía comunal, donde dos de los cinco fallecidos pueden ser considerados kamikazes, al estar en l interior del vehículo, hecho calificado por las unidades especializadas de la Fiscalía General de la República como un acto terrorista por el uso de explosivos.
Sin duda este atentado puede considerarse como la respuesta de los diferentes grupos del crimen organizado asentados en Michoacán, en particular los cárteles Jalisco Nueva Generación y la Familia Michoacana, a los operativos desarrolladas por elementos de la FGR, la Marina y el Ejército para terminar con sus ilegales acciones, donde los afectados son los productores agrícolas, comerciantes y residentes de las diferentes comunidades rurales.
Esas son las dos realidades que cotidianamente se viven, una donde con pura lengua se busca presentar un país sin problemas, donde predomina la felicidad, y la otra donde las inconformidades sociales crecen al no ser atendidas y las respuestas ofrecidas no resuelven los problemas, razón por la cual los quejosos son tachados -claro-injustificadamente de derechistas.
En fin, mientras los morenistas intentan demostrar solidez y unidad, ya no se cumplen esas condiciones al existir políticos que ignoran a la presidenta Sheinbaum en la búsqueda de los mejores provechos personales, que han dejado la austeridad en el cajón de los olvidos, que trabajan para cimentar sus proyectos políticos, situaciones que de no ser resueltas adecuadamente entonces no deberán sorprenderse si en 2027 los resultados electorales les resultan adversos.







































