La tontería de la elección de jueces / Maullidos Urbanos

Gato de Barrio /

gatodebarrio@yahoo.com.mx / 

Hasta quienes no son aficionaros al futbol se alegrarían de que la selección nacional lograra ganar la Copa del Mundo, pero ese deseo no pasa de ser un sueño, máxime de la irregular actuación que ha tenido en estos días. Primero, empata a dos goles con un equipo casi colero en la liga española; después, le gana 2-0 al representativo de Estados Unidos, al cual no le había ganado en los últimos cinco años.

Se podrá decir que a la escuadra norteamericana le faltaron varios jugadores titulares, fuera de acción lesiones, pero el resultado es lo que importa.

Ahora, los triunfos o derrotas son asumidos por el director técnico, en el caso del equipo mexicano es Javier “El Vasco” Aguirre, el responsable de convocar a los jugadores que considera como los más adecuados para cada una de las posiciones –portero, defensas, medios, delanteros–, pero aún así no se alcanzan los mejores resultados.

Pero, imagínese que se decidiera someter a votación popular quienes debería jugar en la selección. Por supuesto que los seguidores de cada equipo, no solo de la primera división, también de las inferiores propondrían a sus favoritos, que pueden ser los más populares, pero no los mejores para tener un excelente desempeño en las canchas.

Sin duda llegarían no cientos, probablemente miles de propuestas de todas partes del país. Entonces, para definir quienes sería los seleccionados entonces se podría recurrir a una tómbola para designar a quienes ocuparían cada puesto. Pero ¿se lograría tener una selección nacional ganadora, que pueda aspirar a ser campeona del mundo? Claro que no.

Sucedería que ni el “Vasco” Aguirre ni algún otro entrenador podría integrar un cuadro competitivo, es más en caso de acudir a algún torneo clasificatorio o internacional, de ninguna forma se podrían tener resultados positivos y que agradaran a los aficionados.

Pues eso es lo que sucede actualmente en la Cámara de Senadores, donde como parte de la reforma al Poder Judicial se decidió que jueces, magistrados y ministros resultaran electos mediante el voto ciudadano, según los morenistas, “de una manera democrática”:

De seguir adelante con esa reforma, nadie garantizaría una efectiva y objetiva justicia. De “elegirse” a un juez recién titulado, es decir inexperto, y de enfrentarse a un abogado “colmilludo”, que sepa cómo darle la vuelta a las leyes para interpretarlas en favor de su cliente, entonces el fallo de ninguna forma sería justo pero ahora existirá un Poder Judicial sometido al Ejecutivo, aunque Claudia Sheinbaum lo niegue, tal como ya sucede con el Legislativo.

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