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Maullidos Urbanos: Violencia empaña manifestaciones

 

Gato de Barrio

gatodebarrio@yahoo.com.mx

Se ha convertido en una desafortunada costumbre que en las manifestaciones de todo tipo realizadas en la Ciudad de México, resulten afectadas por la aparición de una minoría dedicada a realizar actos vandálicos, donde además de agredir a personas destrozan mobiliario urbano, acciones cometidas impunemente porque las autoridades no actúan para detener a ese tipo de personas por temor a que se les clasifique como represoras.

No importa si la convocatoria es por los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, si es por la demanda de mayor seguridad en planteles universitarios o para demandar terminar con la violencia de género, esos grupos autodenominados como anarquistas hacen su aparición y, en consecuencia, se generan agresiones en contra de todo y de todos.

Así equipamiento urbano, monumentos, sitios históricos o comercios de todo tipo son blancos de los ataques de esos jóvenes, quienes siempre aparecen embozados, vestidos con ropas oscuras, mismos que al terminar con sus ataques simplemente se quitan ese vestuario y como cualquier persona se pierden entre la multitud,

Existe otro ángulo que debe ser considerado: por ese tipo de agresiones se desvía la atención del propósito de la manifestación y al darse a conocer los saldos negativos de los ataques, queda en segundo o hasta tercer plano el propósito de la manifestación que, por lo regular se desarrollan pacíficamente, sin problemas.

Por ello se antepone el hecho de existir mayor preocupación por la limpieza y reparación de los daños registrados en sitios públicos o monumentos, con el consecuente gasto de recursos y horas de trabajo, que la razón de la manifestación donde, cuestionándose que exista mayor preocupación por esas labores que por atender las demandas sociales,

Resulta extraño que esos anarquistas vayan preparados con bombas molotov, martillos, aerosoles para ser utilizados como lanzallamas, entre otras herramientas utilizadas para la destrucción pero, sin embargo, no existan personas detenidas.

También considerar que el protocolo de los llamados cinturones de la paz, integrados por servidores públicos sin capacitación para enfrentar situaciones de violencia, resulten ineficaces y no responden a la necesidad de enfrentar a esos anarquistas.

No solo es necesario intentar proteger sitos públicos con tablones o láminas, sino contener y en caso necesario, asegurar a esos anarquistas, como medida preventiva, para que no se registre sea violencia que desvirtúa los propósitos de las manifestaciones pacíficas.

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