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Maullidos Urbanos: Crisis en el IMER

Gato de Barrio

gatodebarrio@yahoo.com.mx

En un país donde se afirma que no se mueve ni hoja de un árbol sin conocimiento del presidente de la república, resulta mucho muy difícil de aceptar que Andrés Manuel López Obrador no haya estado al tanto de la crisis existente en el Instituto Mexicano de la Radio que amenazó con que dejarían de transmitir varias de sus radiodifusoras en el país.

            Sucede que fueron tendencia en las redes sociales los mensajes donde se anticipaba que, cuando menos, las emisiones consistirían en desarrollar transmisiones con música continua, es decir sin conductor al aire o definitivamente dejar de salir al aire porque no se carecía de recursos para cubrir los espacios con algún tipo de programación, sino para pagar los gastos de operación tales como es el pago del consumo de energía eléctrica.

            Entre las emisores que resultarían afectadas serían Opus 94, Jazz Digital y Reactor 105.7 FM, cuya programación se enfoca a las todo tipo de auditorio pero particularmente a los jóvenes que gustan del rock y la cultura alternativa.

            Las reacciones de protesta no se hicieron esperar, pero fue hasta que en la conferencia mañanera cuando fue interrogado López Obrador pero, sorpresivamente, el presidente dijo desconocer el problema por lo cual iba a informarse para proceder en consecuencia.

            La realidad es que esta medida tiene su origen en la política de austeridad implantada en la presente administración donde operó no el bisturí ni el cuchillo, sino el hacha del recorte de presupuestos, que anteriormente perjudicó a otros sectores como el de salud, de programas sociales, laboral, deportivo y cultural y ahora correspondió a los medios públicos.

            Posteriormente Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, a través de las redes sociales anunció que la Secretaría de Educación Pública aportaría más de 19 millones de pesos para garantizar la operación de las radiodifusoras, con lo cual además de evitar el cierre de estaciones se evitó el despido de más de 200 colaboradores, de los clasificados como free lance, y la suspensión de casi tres mil horas de contenido, lo cual estaba programado para aplicarse desde el 1 de julio.

            Es difícil comprender que López Obrador no estuviera al tanto de los recortes en las radiodifusoras públicas pero esta medida, como las aplicadas en otros sectores, estaba ya anticipada pero todas ellas son el resultado de las medidas económicas programadas por el gobierno federal, las cuales de ninguna forma han sido aceptadas por diferentes sectores sociales. Sólo resta conocer qué nuevas sorpresas nos esperan recortes aun no revelados.

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