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Alebrijes en Cuadratines: Versión del pueblo malo

Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

De acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el pueblo mexicano es “bueno y sabio”. Más lamentablemente esa expresión resulta ser un deseo incumplido.

            Se recuerda que como parte de su larga campaña política que lo llevó, primero a intentar ser gobernador de Tabasco ‑lo cual no pudo lograr‑, después ser Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, y finalmente ser tres veces candidato a la presidencia ‑lográndolo hasta el tercer intento‑, en 1995 convocó a sus paisanos a una huelga de pagos a la Comisión Federal de Electricidad, es decir no pagar nada por el servicio.

            En ese entonces logró un gran respaldo, al grado de que unos 400 mil tabasqueños iniciaron una “resistencia civil” ante lo que consideraban altos cobros por el servicio eléctrico, incluso los pobladores llegaron a agredir a los empleados de esa empresa cuando intentaban cortar las líneas eléctricas de los deudores, por lo que en estos 24 años el adeudo se elevó hasta sumar la nada despreciable cantidad de once mil millones de pesos.

            Ahora, ya como Presidente de la República y tras cancelar ese adeudo histórico, ha convocado a los tabasqueños a un borrón y cuenta nueva, es decir ahora si a pagar su consumo eléctrico: “Hago un llamado a mis paisanos para que se inicie una etapa nueva; ya se cumplió con el compromiso que se tenía, y ahora hay que pagar, porque la Comisión Federal de Electricidad es una empresa del sector público, es una empresa del pueblo”, dijo en entrevista.

            Enfatizó que la exparaestatal y ahora empresa productiva del Estado necesita recursos para seguir prestando el servicio, y aseveró que “ya no es como antes, que se robaban el dinero los gobernantes, ya no hay corrupción, de modo que todos a portarnos bien”.

            Para rematar expresó: «Todos vamos a contribuir; antes, los de mero arriba se servían con la cuchara grande, nada más se dedicaban a obtener privilegios de todo tipo, ni siquiera pagaban impuestos; ahora todo es distinto porque todos los mexicanos tenemos que cumplir con nuestra responsabilidad como contribuyentes”.

            Sin embargo, ante esa petición los tabasqueños que se mantienen sin pagar el servicio ya anticiparon que no acatarán esa petición al argumentar, entre otras razones, que ganan muy poco dinero y prefieren adquirir otros artículos, en especial comida.

            Lo que sucede es que ese pueblo, que presuntamente no es el bueno, ya se acostumbró a usar la electricidad gratuitamente y se resiste a cumplir con esa obligación.

            Sucede que a casi cinco lustros, ¿cuántas de esas familias tabasqueñas saben hacer uso medido de la electricidad?, ¿acaso no derrochan ese servicio en la iluminación de su vivienda y en el uso de aparatos electrodomésticos? Porque lo que no cuesta, lo que es gratis, no se sabe utilizar adecuadamente.

            Entonces López Obrador enfrenta un dilema: ¿cómo hacer que paguen? Porque deberá hacerlo, de lo contrario en otras regiones podrían secundar esa añeja resistencia civil y negarse a pagar el consumo de electricidad o ¿acaso los tabasqueños, por ser sus paisanos, podrán seguir gozando de ese privilegio a costa de todos los demás que si pagamos nuestro consumo?

            Esa de ninguna manera es la versión del pueblo bueno y sabio que tan reiteradamente cita López Obrador. Muy probablemente sí exista, pero no puede generalizarse su presencia;a ante ello el Presidente deberá implementar una estrategia para que los tabasqueños, ya beneficiados por la cancelación de su añejo adeudo, ahora se decidan a pagar.

            Esos son los riesgos de acciones pasadas que ahora se revierten, Otro caso que puede polemizarse es que a pesar de que el pasado 1 de marzo el presidente López Obrador se comprometió a hacer del conocimiento público todos los informes que hiciera el CISEN con fines de espionaje o represión a opositores políticos no sucede así.

            Resulta que el periódico El Universal solicitó al Centro Nacional de Inteligencia, organismo que sustituyó al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), archivos en su poder sobre Morena, pero éstos fueron catalogados como reservados por cinco años, por lo que no podrán hacerse del conocimiento público hasta 2024.

            Para esa negativa se adujeron razones de seguridad nacional, porque de difundirse esa información “se ponen en riesgo las acciones destinadas a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano para salvaguardar la gobernabilidad democrática”.

            Se puntualizó: “La información hoy clasificada como reservada contiene elementos objetivos que permiten generar inteligencia a partir de la recolección, procesamiento, diseminación y explotación de información para la toma de decisiones y con ello contener los riesgos actuales y futuros que afecten a la coordinación interinstitucional”,

            Sin duda son argumentos válidos pero que ahora deberán ser defendidos por el actual gobierno ante las posibles recriminaciones de la oposición, como ha sucedido y seguirá sucediendo por lo menos en la política mexicana.

            Así que lo hecho anteriormente se revierte y la anterior oposición, ahora es autoridad y deberá saber cómo manejar esta situación, tal como lo hicieron sus antecesores.

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