- Por las características del país, su población debe adaptarse a vivir en una zona sísmica; al mismo tiempo, autoridades y sociedad deben promover la cultura de la protección civil y tener el conocimiento de cómo actuar durante y después de un movimiento telúrico.

La comunicación social del riesgo juega un papel fundamental en la alerta temprana y ayuda a salvar muchas vidas en caso de presentarse un sismo de gran magnitud, aseguró el profesor e investigador de la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México, José Emilio Baró Suárez, al dictar la ponencia “Los sismos: causas, efectos y cómo reducir la vulnerabilidad ante ellos”.
En la Sala “Ignacio Manuel Altamirano” del Edificio de Rectoría, el especialista habló sobre la importancia de tomar conciencia de que vivimos en una zona altamente sísmica y si bien no se pueden predecir los movimientos de la tierra, si es posible y obligatorio, trabajar en la prevención de desastres.
Ante la comunidad de la Máxima Casa de Estudios mexiquense, principalmente secretarios técnicos de protección universitaria e integrantes de las brigadas internas de protección civil, Baró Suárez comentó que por las características del país, su población debe adaptarse a vivir en una zona sísmica; al mismo tiempo, autoridades y sociedad deben promover la cultura de la protección civil y tener el conocimiento de cómo actuar durante y después de un movimiento telúrico.
Acompañado por el director de Seguridad, Protección Universitaria y al Ambiente de la UAEM, Erick Mañón Arredondo, el experto puntualizó que existen factores que determinan las consecuencias de los terremotos; por ejemplo, la profundidad y distancia del epicentro, naturaleza de los materiales geológicos del lugar, así como concentración de construcción de viviendas e infraestructura.
En este sentido, expuso que “los sismos no matan gente, son las estructuras las que han causado graves pérdidas humanas”; enfatizó sobre la necesidad de que las autoridades cuenten con un reglamento de construcción y agregó que el tipo de edificaciones de las ciudades hace vulnerables a las personas en términos de protección ante un estos fenómenos.
Finalmente, José Emilio Baró Suárez reiteró que para reducir esa vulnerabilidad, es necesario que la población se mantenga informada y atenta, contar con una altera sísmica y generar un diagnóstico sobre el estado de las construcciones; sin embargo, lo más importante es la protección civil.
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