El INE en la mira / Alebrijes en Cuadratines
Adrián Chavarría Espinosa /
- Cuidado con la «reforma electoral» de Sheinbaum !
Cuando Andrés Manuel López Obrador era presidente de México uno de sus principales propósitos era terminar con los llamados organismos autónomos, bajo el argumento de que resultaban ser “inútiles, onerosos, burocráticos”, en resumen, innecesarios desde su óptica, pero no los concretó porque no pudo contar con el correspondiente respaldo legislativo.
Por eso, tras haber fracasado en dos ocasiones, en lo que llamó sus planes A y B, convocó a la ciudadanía a un tercer intento, el llamado plan C, para que en las elecciones federales del 2024 salir a votar masivamente por todos los candidatos de Morena, a fin de que su partido pudiera tener la mayoría calificada en el Congreso Federal, para que sus iniciativas de reformas constitucionales fueran avaladas. necesarias para eliminar esos organismos,
Por ello el gobierno federal junto con Morena maniobraron políticamente para lograr ese objetivo. Primero, en la Cámara de Diputados, mediante una serie de triquiñuelas legaloides y con el apoyo de sus aliados, los partidos del Trabajo y Verde, más con el respaldo de autoridades electorales, lograron la sobrerrepresentación que les permitió alcanzar la citada mayoría.
En el caso del Senado tuvieron que provocar la renuncia al PRD de dos legisladores más la deserción de otro panista, así como el presunto secuestro de otro de Movimiento Ciudadano, para alcanzar las dos terceras partes de los votos necesarios y lograr fuera aprobada, inicialmente, la reforma judicial y después las otras reformas constitucionales.
De esa forma el 20 de diciembre de 2024 fueron oficial y legalmente eliminados siete organismos autónomos: el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).
Sin embargo, el plan original también comprendía la desaparición o transformación de otros organismos autónomos: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el
Instituto Nacional Electoral (INE), donde éste último pasaría a ser el Instituto Nacional Electoral y de Consultas (INEC), cuyo control total quedaría en manos de la Secretaría de Gobernación.
Es decir, el supuesto nuevo árbitro electoral ya no sería un órgano ciudadanizado, para volver a depender totalmente del gobierno federal, tal como sucedía hasta antes de la existencia del IFE y el INE. Pero también se pretendía una reforma política con el propósito de reducir de 500 a 300 los diputados y de 128 a 96 los senadores, para ello supuestamente se pretendía eliminar a los legisladores plurinominales, lo cual no se concretó en esos momentos.
Ahora, apenas la semana pasada la presidenta Claudia Sheinbaum dijo que propondría una nueva reforma electoral, también bajo el argumento de la austeridad, al afirmar que tanto a el INE como a los partidos políticos y a los legisladores plurinominales se les otorgaban excesivos recursos y recordó que esa propuesta está inscrita en sus 100 puntos de Gobierno.
La molestia surgió por las fallas en las elecciones judiciales, las cuales resultaron en un proceso apresurado, con más fines políticos que sociales y/o legales, donde por las prisas para que los comicios fueran el primer domingo de junio, no se previeron varias situaciones tanto en la selección de candidatos como en la jornada electoral y en la calificación de los votos.
Debido a que varios a presuntos ganadores no se les reconocía su victoria, entre otros puntos, la mandataria denunció que un grupo de consejeros del INE tiene una posición política en su contra: “Entonces sí, son un grupo de consejeros que no actúan buscando que se cumpla la voluntad del pueblo, que finalmente eso es la democracia, sino que tienen una posición política que se traduce en todo lo que esté en contra del gobierno de la Cuarta Transformación, hay que votar en contra, independientemente de cuál sea o qué se presente”.
Incluso, afirmó que en los últimos días el INE ha tomado atribuciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF): “Por ejemplo ahora el INE, desde mi punto de vista, se extralimitó en decir que había votos que no deberían de haberse incorporado al resultado final. Esa es labor del Tribunal Electoral, no del INE, el Tribunal tiene esa atribución, el INE, no. Ahora quieren revisar quién sabe qué tantas cosas cuando no es su atribución”.
La realidad es que si bien el Poder Judicial, en particular la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) registraban fallas y resultaba necesario un reajuste, lo que sucedió ahora es que la mayoría de quienes sean “electos” como jueces, magistrados o ministros sean personas inexpertas y sin la necesaria preparación para la correcta impartición de justicia.
Sin conocerse más detalles de cuál será la propuesta de Sheinbaum para su reforma electoral, será necesario conocerla a fondo para anticipar qué tanto afectará a la democracia –la verdadera democracia, no la falsa democracia de la cuarta transformación–, y ojalá que los residuos de la oposición política como la sociedad civil organizada, logren frenar todas las intenciones de cambio, de lo contrario avanzaremos más a una dictadura constitucional.