Alebrijes en Cuadratines / Aumentan enfermedades por bebidas azucaradas
Adrián Chavarría Espinosa /
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de la Secretaría de Salud (SS), del año 2020 al 2022 en México se incrementó de 5.3 millones a 14.6 millones de personas con diabetes, es decir casi se triplicó la cifra en apenas dos años. Es decir, se pasó de un 10.7% a un 18.3% de la población con esta enfermedad.
Asimismo, en el estudio denominado “La carga de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares atribuidas a las bebidas azucaradas en 184 países”, publicado por la revista internacional Nature Medicine, se destacó que en México existe una de las mayores cargas en diabetes y enfermedades crónicas atribuidas a dicho consumo.
En ese reporte se revela que el consumo de bebidas azucaradas por los mexicanos contribuye directamente al aumento de casos de diabetes y enfermedades crónicas, cuya atención médica de solamente tres padecimientos en 2022 implicó al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), un gasto anual por 109 mil 958 millones de pesos.
Es más. Paulina Magaña, coordinadora de salud alimentaria del reporte El Poder del Consumidor, recalcó que México tiene unos de los registros más altos en el mundo de diabetes a causa de la ingesta de bebidas azucaras. Detalló que de esa cifra 50 mil 619 millones de pesos fueron para atender la diabetes mellitus; 37 mil 969 para el seguimiento de pacientes con hipertensión arterial y 21 mil 370 millones de pesos para casos de insuficiencia renal crónica.
Expuso que “la diabetes y las enfermedades crónicas no sólo están dejando estragos en la salud y los bolsillos de la población, sino también una carga económica insostenible para el sistema de salud mexicano que invierte millones de pesos para atender las complicaciones y tratamientos de estas enfermedades”.
Por ello, esta organización presentó en julio pasado un recurso ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para que se reconozcan a las bebidas azucaradas como producto de riesgo a la salud, sin embargo no se ha dado una respuesta a esa petición.
Incluso, las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) establecen que en las últimas dos décadas hubo una tendencia en el aumento de muertes por diabetes, al grado de triplicarse ya que mientras en el año 2000 hubo 46 mil 614 decesos, para el 2022 sumaron 115 mil 25. En tanto, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares casi se duplico al pasar de 122 mil 250 defunciones en 2015 a 236 mil en 2022.
Incluso, a nivel global se presentaron 2.2 millones de nuevos casos de diabetes atribuidos al consumo de bebidas azucaradas, y 1.2 millones de nuevos casos de enfermedad cardiovascular, lo que representa cerca de 9.8 y 3.1%, respectivamente, del total de casos.
Ante esta circunstancia y al realizarse un comparativo entre los 30 países más poblados del mundo, los mayores números de nuevos casos de diabetes atribuidos a bebidas azucaradas sucedieron en México, Colombia y Sudáfrica; respecto a las enfermedades cardiovasculares, Colombia encabezó la lista con más casos nuevos, seguido de Sudáfrica y México.
En el caso de nuestro país, las bebidas azucaradas serían responsables del 30% de los nuevos casos de diabetes, es decir uno de cada tres, y el 14.9% de las muertes por esa enfermedad; mientras que por enfermedad cardiovascular, el 13.5% de los casos nuevos es resultado del consumo de esas bebidas y el 9.2% de las muertes.
Por todo lo anterior y de acuerdo a los informes del Inegi correspondientes al 2020 con base a los 151 mil 19 decesos y 255 mil 724 muertes de adultos por enfermedades cardiovasculares, respectivamente, casos atribuidos a las bebidas azucaradas, se concluye que en ese año los fallecimientos sumaron 46 mil 29, donde 22 mil 502 (14.9%) fueron a causa de la diabetes y 23 mil 527 (9.2%) por padecimientos cardiovasculares.
En conclusión, las bebidas azucaradas afectan directamente a la salud al no solo aumentar la probabilidad de tener enfermedades como diabetes o algún tipo de padecimiento cardiovascular, también se incrementa el riesgo de morir por esas mismas causas’.
Establecidas las consecuencias por el consumo de bebidas demasiado dulces, también se agrega la falta de actividad física. Si bien se han impulsado campañas para impulsar el ejercicio como para evitar el consumo de refrescos embotellados se deberían intensificar, pero en el sentido del gasto que representa adquirir esos nocivos productos.
Por ejemplo, si un litro de refresco se ofrece entre los 17 y 20 pesos y el garrafón de agua de veinte litros en 39 pesos –puede ser más barato en embotelladoras, donde se rellenan los envases o más caros vendidos por empresas distribuidoras–, evidentemente resulta mucho más económica el agua, por lo que debería alentarse el consumo del segundo.
También debe aclararse que cuando se elaboran aguas frescas en casa se debe evitar usar azúcar en exceso limitándose a lo indispensable, ya que tanto por el consumo de bebidas embotelladas como por el hecho de que ese ingrediente resulta adictivo, se ha alterado el gusto en las personas y es común que prefieran las preparaciones demasiado endulzadas.
En fin, se debe concientizar a la población de las negativas consecuencias de ingerir las bebidas embotelladas excesivamente endulzadas, ya que no solo generan enfermedades crónicas, también provocan muertes dolorosas y prematuras.