De expresidentes a expresidentes / Alebrijes en Cuadratines
Adrián Chavarría Espinosa /
Actualmente son seis los expresidentes mexicanos que aún viven pero, gracias a las decisiones con motivo de la mentada “austeridad republicana” impulsada por el más reciente de ellos –por supuesto es Andrés Manuel López Obrador–, ya no tienen derecho ni a su pensión ni al resguardo por parte de militares, entre otras prestaciones que les fueron canceladas.
Sin embargo, todas estas decisiones parecen más una venganza del político tabasqueño en contra de sus antecesores, desde Carlos Salinas de Gortari, a quien se refería con el mote de “El Innombrable” y le acusó de ser iniciador de la etapa neoliberal en el país; pasando por Ernesto Zedillo Ponce de León, a quien siempre señaló de ser el responsable del Fobaproa, creado tras la crisis financiera de 1984.
En el caso de Vicente Fox Quesada, su resentimiento es por el intento de desaforarlo para evitar se postulará en las elecciones presidenciales del 2006; a Felipe Calderón Hinojosa, por el supuesto “fraude electoral” mediante el cual le “robaron” la victoria; curiosamente el menos señalado fue Enrique Peña Nieto, lo cual ha despertado sospechas de un presunto acuerdo para no verse afectados recíprocamente.
Desde mi punto de vista, el coraje de López Obrador ha sido porque tanto Zedillo como Calderón, quienes gracias a su preparación académica y desempeño profesional, después de terminar sus correspondientes administraciones fueron invitados a colaborar con empresas e instituciones fuera del país, lo cual no sucederá con él, ni siquiera con instituciones nacionales,
Y es que no se distinguió por ser un relevante estudiante –tan solo tardó casi diez años en titularse como Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM–, y tras haber tenido actividades profesionales poco relevantes, desde 1983 se dedicó a labores partidistas, primero en el PRI, luego en el PRD hasta que en 2012 fundó el Movimiento para la Regeneración Nacional, el cual dos años después se convirtió en el partido político Morena.
Una de las principales críticas en contra de López Obrador es que fuera de haber sido jefe de gobierno capitalino y presidente de la república, no desempeñó ninguna otra actividad profesional para agregar a su reducido currículum laboral y, en consecuencia, es de entender que no recibiría ninguna oferta para trabajar, aunque tampoco está en él buscar alguna oportunidad.
Entonces, ¿qué tipo de ingresos económicos va a recibir en su “jubilación”?
Se debe recordar que por años dijo vivir de las regalías de sus libros, que aparentemente ascienden a un millón de pesos anuales; cuando fue líder nacional de Morena su salario era de 50 mil pesos mensuales y. como presidente, ganaba 128 mil 205 pesos al mes.
Recuérdese que tiene veinte libros publicados, siendo el inicial “Los primeros pasos”, editado en 1986, y el último es “¡Gracias!”, donde describe lo sucedido en su vida y trayectoria personal desde sus inicios hasta el año pasado, cuando residía en Palacio Nacional. Sin embargo, gran cantidad de esos escritos resultan ser textos del momento, es decir que una vez editados ya no generan más interés público y los no vendidos van directo al lote de saldos.
A solicitud de información del periódico El Universal al ISSSTE, se precisó que López Obrador recibe una pensión mensual por 21 mil 659.40 pesos por su jubilación, es decir el pago equivalente al porcentaje promedio del sueldo básico al menos por los veinte años que “laboró” en la administración pública federal y por ser beneficiario de la Pensión del Bienestar para Adultos Mayores, recibe un segundo apoyo económico de seis mil pesos bimestrales.
De acuerdo con su última declaración patrimonial, publicada un mes después de haber dejado la presidencia, no reportó regalías de las ventas de su libro “¡Gracias!” y afirmó no ser dueño de ninguna vivienda, vehículo o algún otro inmueble. Además, tiene tres cuentas bancarias, una donde recibe su Afore, otra donde se le depositaba su salario y la del Banco del Bienestar donde recibe su Pensión del Bienestar, pero reportó no tener tarjeta de crédito ni poseer fondos de inversión ni participación accionaria en empresas o asociaciones privadas.
Un último punto es que, como se mencionó anteriormente, canceló la protección a los exmandatarios hasta con 80 elementos militares, aunque a petición de Fox y Calderón, en abril de 2019 el gobierno federal les asignó ocho elementos de seguridad a cada uno, tras hechos de violencia que les afectaron.
Ahora, de acuerdo con información generada por la Secretaría de la Defensa Nacional, a López Obrador se le proporciona un “esquema de seguridad y protección” en su residencia en Palenque, Chiapas. inmueble heredado de sus padres, donde se incluye patrullaje de soldados en el área cercada con alambre de púas y equipada con cámaras de videovigilancia.
En fin, el político tabasqueño tendrá un ingreso económico que podría calificarse de regular, sin embargo la vigilancia y resguardo que canceló a sus antecesores por motivo de la “austeridad republicana”, ahora las disfrutará sin ningún tipo de resquemor o de inquietud, por lo cual puede decirse que existen expresidentes con los mayores beneficios posibles y atenido a los beneficios oficiales, y expresidentes que continúan desempeñándose respaldados en su preparación y capacidad personal, sin esperar ningún beneficio extra del erario público.