• Al hablar sobre “Fotosíntesis artificial: hacia el aprovechamiento del CO2”, investigadoras universitarias explicaron que es evidente su viabilidad desde el punto de vista técnico.

 

La fotosíntesis artificial es un proceso emergente que busca convertirse en una alternativa energética, mediante el aprovechamiento del CO2 atmosférico, transformándolo en hidrocarburos e hidrógeno, con reactivos de amplia disponibilidad, como agua y luz solar, así lo señalaron las especialistas de la Universidad Autónoma del Estado de México, Lourdes Hurtado y Reyna Natividad.

Al hablar sobre “Fotosíntesis artificial: hacia el aprovechamiento del CO2”, las expertas universitarias explicaron que es evidente su viabilidad desde el punto de vista técnico; es por ello que existe un interés creciente a nivel mundial, por profundizar en el tema y ofrecer una solución integral a la problemática generada por la elevada concentración de este gas en la atmósfera.

Las expertas del Centro Conjunto de Investigación en Química Sustentable UAEM-UNAM abundaron que la reducción de emisiones, captura y transformación de CO2 a productos con valor comercial son temas de gran relevancia que ya han sido estudiados con anterioridad.

En cuanto a la captura de dióxido de carbono, indicaron que hay avances significativos y actualmente, las técnicas de adsorción, absorción, separación por membranas y procesos criogénicos están disponibles para tal fin.

Explicaron que la transformación de dióxido de carbono a productos químicos de amplia demanda requiere de mayor investigación y desarrollo, y es así como surge el interés por incursionar en el proceso conocido como fotosíntesis artificial.

“Este proceso ha sido estudiado desde finales del siglo pasado, con la promesa del desarrollo de no sólo una alternativa energética, sino de una estrategia de remediación ambiental”.

Precisaron que la fotosíntesis artificial se refiere a la serie de etapas mediante las que el dióxido de carbono puede transformarse en productos con valor comercial, empleando energía luminosa, agua y un catalizador, generado en un proceso atractivo desde el punto de vista técnico y económico.

Este proceso, dijeron, se ha nombrado fotosíntesis artificial, debido a la similitud que guarda con aquel mediante el cual las plantas transforman el CO2 atmosférico en glucosa y otros carbohidratos, aunado a la liberación de oxígeno molecular para el aprovechamiento del ser humano.

Destacaron que aunque la investigación realizada hasta el momento en este ámbito marca una tendencia favorable a la producción de químicos con valor comercial, aún es posible optimizar el proceso, comprendiendo cada etapa de la fotosíntesis natural para transferir exitosamente lo esencial al proceso artificial.

Lourdes Hurtado y Reyna Natividad concluyeron que el proceso de fotosíntesis artificial es viable y su mejora depende del desarrollo de fotocatalizadores eficientes y reactores que permitan el uso óptimo de dichos catalizadores.

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