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Maullidos Urbanos / Reto del crimen organizado

 

Gato de Barrio

gatodebarrio@yahoo.com.mx

¿Cómo calificar el hecho de que el crimen organizado haya dejado una camioneta con diez cadáveres frente al Palacio de Gobierno de Zacatecas? Sencillamente como un reto, un desafío a las autoridades tanto estatales como federales.

Sucede que ayer jueves la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal informó que ante la aparición de esos cuerpos, se enviarán refuerzos a la capital estatal para apoyar en las indagatorias y, además, se canalizarán a otros elementos al municipio de Fresnillo, donde se han registrado diversos hechos violentos.

Ante ello, el gobernador zacatecano David Monreal ofreció la total colaboración de la Fiscalía General de Justicia de la Entidad y de la mesa de seguridad para investigar estos hechos, por lo cual ya por la tarde y sin abundar en muchos detalles, el mandatario anunció la captura de los presuntos responsables.

De acuerdo con las grabaciones de las cámaras de vigilancia del C5, a las 5:14 horas se observa cuando aparece una camioneta Mazda gris en calles del centro de la ciudad de Zacatecas; diez minutos después, el vehículo se estacionó frente al Palacio de Gobierno para después el presunto conductor escapa por un callejón.

Pero mientras se confirma la responsabilidad de los detenidos en estos hechos se deben considerar varios hechos: que el crimen organizado continúa avanzando en el dominio territorial no solo en Zacatecas, también en Michoacán, Guerrero y Jalisco, principalmente.

En este caso el gobernador Monreal expresó en un mensaje en redes sociales que “el tema de inseguridad tiene que ser una política pública prioritaria, no ocasional, porque degradar y llevar a estas condiciones a nuestro país les llevó casi 40 años, 30 y tantos. Ahora volver a recuperar nuestra tranquilidad, nuestra paz, nuestra justicia nos va a llevar (tiempo) también”.

Omite que en ese lapso, más exactamente entre 1998 y 2004, su hermano y actual senador Ricardo Monreal, fue gobernador por ello también sería en parte responsable del actual clima de inseguridad. La verdad, recurre al mismo argumento de políticos y autoridades del gobierno de la Cuarta Transformación de culpar al pasado de sus incapacidades presentes.

Pero también este creciente desafío del crimen organizado es una prueba más de que la política de “abrazos, no balazos” es ineficaz, pero autoridades federales insisten en mantenerla vigente. Lamentablemente, mientras más tiempo pase más difícil será contener su avance y en el futuro el actual gobierno será de no haber actuado a tiempo contra la delincuencia.

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