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LÓPEZ OBRADOR Y LA VERDAD DEL AVIÓN / ALEBRIJES EN CUADRATINES

 

López Obrador y el avión

Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

Sin haberlo visitado o haberse transportado en el avión presidencial, esa aeronave le ha resultado de gran utilidad al presidente Andrés Manuel López Obrador, pero no para viajar sino como medio para distraer la atención no solo de la población en general, sino también de los medios informativos, de analistas e, incluso de las redes sociales quienes han caído y participado en las cortinas de humo promovidas desde Palacio Nacional.

Sucede que el tema del avión lo ha utilizado a su conveniencia, de acuerdo a las circunstancias que enfrenta, presentándolo como lo más acabado de la corrupción de los gobiernos que califica como neoliberales pero donde él se encargará de transformarlo para que resulte en beneficio del pueblo bueno y necesitado.

Primero, desde que el entonces presidente Enrique Peña Nieto empezó a utilizar el avión presidencial denominado TP-1, bautizado como José María Morelos, López Obrador inició una campaña para satanizar al aparato, donde su principal argumento desde ese entonces era que ni siquiera el presidente estadounidense tenía uno semejante, aunque en realidad al menos utiliza dos y mucho mejor equipados.

Ya en su campaña proselitista se comprometió que de ganar las elecciones nunca lo utilizaría para viajar ser ofensivo para el pueblo y a que lo ofrecería en venta. Por ello, una de sus primeras decisiones tras asumir la presidencia fue disponer que el avión fuera llevado a California, Estados Unidos, para ofrecerlo en venta.

Aunque presuntamente hubo varios interesados en adquirirlo, no se logró venderlo pero, en mientras López Obrador comprometía lo alcanzado por la venta para diferentes acciones, como para proyectos prioritarios en beneficio de los mexicanos, para financiar proyectos productivos en beneficio de migrantes centroamericanos, para llevar agua a regiones marginadas del estado de Hidalgo, hasta para adquirir equipo médico de alta tecnología.

Por supuesto nada de eso se concretó porque el avión no fue vendido, pero mientras esas promesas lo hicieron quedar con una imagen positiva, de alguien comprometido con los más necesitados, pero todo quedó en palabras.

Finalmente, tras anunciar el presidente que la aeronave regresaría México expuso cinco alternativas para vender el avión, donde la que levantó más polémica fue, mediante la Lotería Nacional, rifarla con la venta de millones de cachitos a 500 pesos cada uno. Con ese anuncio se levantó una cortina de humo para ocultar por unos días otros problemas más serios, como el desabasto de medicinas, en particular para niños con cáncer, la contención de los migrantes centroamericanos y una propuesta regresiva de reforma penal, principalmente.

Aunque muchos lo tomaron como una vacilada, lo cual se reforzó con gran cantidad de memes en redes sociales, López Obrador lo tomó tan en serio que hasta presentó el diseño del presunto boleto de la rifa, donde destacaba que lo obtenido se canalizaría para servicios médicos en zonas marginadas.

Ante toda esta historia existen una serie de puntos por aclarar, como el hecho de que todavía se adeuda gran parte del costo del avión, por lo cual resultaría ilegal vender algo de lo que no se ha acabado de pagar, además de que por su marco jurídico la Lotería Nacional está impedida de sortear algún tipo de artículo, solo puede hacerlo con dinero.

Sin embargo, para el presidente ese no es un obstáculo y confía en superarlo, es decir ajustar el marco legal a sus necesidades para aparentemente no cometer alguna irregularidad.

Pero también debe resaltarse que de efectuarse la citada rifa, y que los recursos obtenidos se canalizarían para equipos y servicios médicos, la interrogante sería ¿Cómo se va a cubrir el adeudo pendiente del avión?

Sucede que aún se adeudan más de 5 mil 399 millones de pesos por la compra en esquema de arrendamiento de este equipo, lo que incluye los intereses y el capital de la compra del avión. Con la rifa de seis millones de cachitos a 500 pesos cada uno, habría un ingreso por tres  mil millones de pesos, y faltarían alrededor de dos mil 399 millones de pesos. Por supuesto, no habrá recursos para los apoyos médicos presuntamente comprometidos en la leyenda de los boletos para la rifa.

Desde mi punto de vista difícilmente se realizará la rifa del avión presidencial, ya que López Obrador seguirá utilizándolo, de acuerdo a sus necesidades, para desviar la atención cuando lo considere pertinente y seguir dando atole con el dedo tanto a sus seguidores como a quienes todavía le creen y confían en él.

 

«Y algunas veces suelo recostar mi cabeza en el hombro de la Luna, y le hablo de esa amante inoportuna que se llama S

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