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Alebrijes en Cuadratines / Problemas en empresas estatales

 

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx / 

 

En el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se impulsaron obras y servicios supuestamente austeros, que supuestamente beneficiarían a la sociedad mexicana y generarían utilidades económicas con los ingresos que se obtuvieran, pero la terca realidad ha demostrado que se tuvieron que ampliar los presupuestos para que gran parte de ellos apenas operaran a medias,

De esos “grandes proyectos” destacan sobrecostos en el Tren Maya, donde al principio se habían presupuestado 156 mil millones de pesos, pero su inversión final llegó a los 544 mil millones, es decir un 176% más. En el caso de la Refinería Dos Bocas “Olmeca”, ubicada en Tabasco, se le había asignado originalmente un presupuesto de 211 mil millones de pesos, pero su costo se elevó a 398 mil millones, es decir aumentó 89%. Pero es fecha que no ha podido operar al 100% y registra constantes fallas.

Respecto al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), si bien en su construcción se gastaron 89 mil millones de pesos, menos de los 96 mil millones estimados inicialmente, por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), en Texcoco, los gastos asociados subieron a 235 mil millones de pesos, es decir un sobrecosto del 145%.

De acuerdo con un análisis de México Evalúa, en estas tres obras acumularon un sobrecosto cercano a 674 mil millones de pesos, equivalente a 336 veces el presupuesto de inversión física para ciencia, tecnología e innovación en todo el sexenio de López Obrador, o 8.7 veces el presupuesto de inversión física del sector agropecuario en el mismo periodo.

Debe recordarse que siendo presidente electo, y tras calificar al NAIM como una obra faraónica, el político tabasqueño organizó una “consulta popular” –con graves deficiencias–, para aprobar su cancelación a pesar de registrar un gran avance, incluso ya se tenía considerado cubrir su costo mediante bonos, que de todas formas debieron de ser pagados.

Veamos dos casos que no solo consumen gran presupuesto federal, además tardarán en lograr su equilibrio financiero para ser autosustentables y, después, generar ganancias.

Uno es el Tren Maya el cual comprende ocho tramos y conecta cinco estados del sureste –Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo–, para cubrir una distancia superior a los mil 500 kilómetros con 21 estaciones y 16 paraderos.

Al participar en el seminario organizado por la Asociación Mexicana de Ferrocarriles (AMF), el general Óscar David Lozano Águila, director general del Tren Maya, admitió que actualmente no es rentable la operación de pasajeros de ese proyecto y para alcanzar su punto de equilibrio, estimado hacia 2030, es necesario también operar como transporte de carga.

Explicó: “Ninguna empresa en cualquier parte del mundo que se dedique a pasajeros en un sistema ferroviario es rentable, esa es una realidad y es un hecho. Por eso es el compromiso del Estado mexicano de complementar el transporte de pasajeros ¿Y cómo lo puede hacer? Pues aportando recursos”.

Detalló; «Para lograr el punto de equilibrio necesitamos la carga. Es un componente fundamental, por eso necesitamos recuperar la infraestructura de carga que ya existía con el ferrocarril del Istmo de Tehuantepec; estamos trabajando intensamente con las empresas que requieren esos servicios y toda la ruta para llevar este proyecto”.

El militar reveló que en abril de 2025 se inició la primera fase de la construcción de la infraestructura de carga del Tren Maya y precisó que el proyecto de transportar mercancías en el tren Maya inicie en julio de 2026, y paulatinamente genere mayores ingresos para alcanzar una operación de dos millones de toneladas anuales. En otras palabras, se requiere más inversión para lograr que en cinco años apenas sea autosuficiente.

El otro caso es el de la resucitada aerolínea Mexicana de Aviación, que entre enero y marzo apenas transportó a 81 mil 308 pasajeros, mientras que entre las tres aerolíneas dominantes –Viva Aerobús, Volaris y Aeroméxico–, movilizaron a 14.6 millones, es decir se encuentra muy lejos de ser competencia con ellas.

Es más, dos aerolíneas regionales que operan en el interior del país, compiten con una mejor estrategia de negocios que Mexicana, la cual entre enero y marzo realizó un total de 902 vuelos nacionales, mientras que Aerus acumuló mil 232 y Transportes Aéreos Regionales (TAR), dos mil 147, según información de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).

Aerus inició operaciones en abril de 2023 para ocupar el vacío por quiebra de Aeromar. Arrancó operaciones regionales desde Monterrey, Nuevo León y en dos años, con seis aeronaves, consolidó una red de 22 rutas, incluyendo Laredo y Brownsville, en Texas, en tanto Mexicana con tres aparatos solo vuela a catorce ciudades y ninguna en Estados Unidos.

TAR opera con cinco aviones –incluso le renta un avión a Mexicana–, y tras superar problemas financieros, en julio lanzará cuatro nuevas rutas para conectar ciudades entre Baja California, Chihuahua, Querétaro, Sinaloa y Aguascalientes.

En resumen, empresas creadas por López Obrador son un lastre para la economía nacional y operan gracias a subsidios, cubiertos por los impuestos que pagamos todos los mexicanos, Y aún así el gobierno federal pretende crear nuevas rutas de trenes de pasajeros, pero sin ninguna garantía de que resulten rentables.

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