(In) decisiones de Sheinbaum / Maullidos Urbanos
Gato de Barrio /
Parece que la presidenta Claudia Sheinbaum no ha comprendido que ella es quien detenta el poder político en el gobierno federal y, aunque de manera no formal, es la dirigente de Morena, por lo que sus decisiones e instrucciones deben ser acatadas, aunque se muestra indecisa en asuntos que debería asumir frontalmente y, además, los adversarios al interior de su partido la ignoran.
Por ejemplo, sus iniciativas no han sido tramitadas como debería, al grado de que los coordinadores de Diputados y Senadores las han minimizado o alterado, como sucedió con la relacionada con el nepotismo y los aspirantes adelantados, que fue modificada por no decir anulada o la impugnada propuesta de telecomunicaciones, donde a regañadientes Adán Augusto López tuvo que suspenderla cuando ya había sido avalada en comisiones.
Una clara muestra de indecisión fue al ser cuestionada en una conferencia mañanera si acudiría a Ciudad del Vaticano, para estar presente en los funerales del papa Francisco, donde respondió que en su representación acudiría Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación.
Para justificar su ausencia a un acto donde estuvieron presentes mandatarios y dirigentes de más de un centenar de naciones, entre ellos el norteamericano Donald Trump, quien aprovechó para sostener reuniones privadas con sus homólogos, Sheinbaum dijo: “No voy a ir a las ceremonias del Papa Francisco y viene toda una crítica de por qué no voy. ¿Qué hubiera pasado si dijera que voy? Pues lo mismo, hubiera habido una crítica tremenda: ¿Dónde está la separación Iglesia-Estado? ¿Por qué está yendo a los funerales del Papa Francisco?”.
Es decir, reconoció que de haber viajado hubiera recibido críticas, pero también las recibió por su inasistencia, ya que no era un evento formalmente religioso, sino político y diplomático, donde hubiera ampliado sus contactos y en el caso particular de Trump, dialogado acerca de las relaciones comerciales que, en estos momentos atraviesan en una difícil crisis.
De haber acudido, la presidenta mexicana no hubiera sido de manera personal, sino en representación de los casi cien millones de católicos mexicanos, sin olvidar que en febrero de 2024, antes de iniciar formalmente su campaña presidencial, se reunió con el pontífice para hablar del liderazgo de las mujeres en la política y la religión, entre otros temas. Entonces, ¿esa reunión fue solamente una estrategia proselitista, sin importarle la separación estado-iglesia?
En fin, Sheinbaum debe decidir por ella misma, sin ajenas además de imponerse a quienes deben ser subordinados y de no atender sus instrucciones, entonces remplazarlos por quienes le ofrezcan un mayor respaldo a sus acciones.