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Problemas económicos de Alemania / Alebrijes en Cuadratines

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx / 

Aunque Alemania actualmente se mantiene en el cuarto lugar a nivel global en términos de Producto Interno Bruto (PIB), detrás de Estados Unidos, China e India, para continuar como una de las economías más grandes del mundo, enfrenta importantes desafíos que han frenado su crecimiento, al grado de impulsar el empleo de personas mayores para aliviar el déficit de pensiones, como parte del debate sobre la edad de jubilación y la discriminación en empresas.

Sucede que la nación germana padece un crecimiento estancado, ya que su PIB ha tenido un crecimiento muy bajo en los últimos años, con previsiones de apenas 0.4% para el presente año; además tiene problemas estructurales ya que su economía depende fuertemente de la industria automotriz y enfrenta dificultades para adaptarse a tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y las energías renovables. Respecto a su demografía y empleo ya se anticipa una fuerte reducción en la fuerza laboral por jubilaciones masivas, lo cual presiona los costos laborales y afecta la competitividad.

Por lo anterior, ahora Alemania impulsa el empleo de las personas mayores para aliviar el creciente déficit del sistema de pensiones, en un país donde su país envejece, aunque también se mantiene el debate acerca de la edad de jubilación. Y es que mantener a los adultos mayores y de la tercera edad en el mercado laboral resulta ser en estos momentos una prioridad del gobierno del conservador Friedrich Merz, canciller desde el 6 de mayo de 2025.

De acuerdo con información del Ministerio de Trabajo, en 2024 el costo del sistema de pensiones ascendió a 408 mil millones de euros –475 mil millones de dólares–, lo cual significa un aumento del 60% con respecto a 2010. Y es que las cotizaciones ya resultan insuficientes para cubrir las pensiones de los jubilados, quienes representan una cuarta parte de la población, lo cual se agrava ante la escasez de trabajadores calificados.

Anteriormente, la competitividad industrial alemana aseguraba el crecimiento económico, que a su vez respaldaba a un Estado del Bienestar generoso, pero en nuestros días este modelo resulta ser cuestionable. Incluso, recientemente el canciller Merz reconoció que ya no es financiable», lo cual ha generado tensiones dentro de la coalición de su partido, Unión Demócrata Cristiana de Alemania, con los socialdemócratas.

Explicó que la intención no es elimina ni abolir ese Estado de Bienestar pero, puntualizó, se debe reformara través del anunciado «otoño de reformas», donde se incluyen las pensiones y prestaciones por desempleo, que deben presentarse propuestas concretas antes de fin de año.

Al analizarse el hecho de que en el 2024 más de 1.1 millones de personas mayores trabajaban después de los 67 años, para formar parte de una población activa de 46 millones. A fin de alentar más plazas laborales para que más jubilados vuelvan a trabajar, el gobierno busca exentar de impuestos hasta los dos mil euros mensuales del salario percibido después de la edad legal de jubilación, que actualmente es de 66 años y en 2031 se elevará a 67 años.

De acuerdo con María Schüler, especialista en empleo de mayores en el Instituto Económico Alemán, la mayoría de personas que retornan a la actividad productiva después de su jubilación no es solo para complementar una pensión promedio de mil 600 euros –mil 875 dólares, es decir aproximadamente 35 mil 255 pesos mexicanos–, sino para aún sentirse útiles, por lo cual cuestiona la eficacia de la reforma, que sería un «regalo fiscal» a los adultos mayores acomodados, con un costo anual al erario alemán de dos mil 800 millones de euros.

En el 2027 una comisión independiente debe proponer una serie de reformas estructurales para garantizar la debida sostenibilidad del sistema de pensiones, lo cual ha motivado la polémica en el terreno político. Así, Katherina Reiche, ministra conservadora de Economía, al plantear que la edad de jubilación pueda llegar a los 70 años, generó la indignación tanto de sindicatos como de los socialdemócratas.

Por su parte, mientras Bärbel Bas, ministra de Trabajo y Asuntos Sociales del Partido Social Demócrata, consideró que la medida sería «una reducción pura y simple de las pensiones para quienes no puedan alcanzar esa edad», en tanto Johannes Geyer, del instituto berlinés DIW, opinó que si bien una reforma de este tipo podría ser eficaz para reducir el déficit, pero empujaría al desempleo a los trabajadores de trabajos pesados, quienes además tienen menos posibilidades de reconvertirse después de los 60 años.

Por último, Tobias Bell, director de Unique Seniors, dijo que la mayoría de las empresas para las que trabaja su compañía «aún discriminan a las personas mayores», a pesar de que este grupo de personas resulta ser el «más productivo y con menos ausentismo».

Si en Alemania, que es una de las mayores economías del mundo padece problemas en materia de pensiones, entonces México debe seguir de cerca la forma cómo evoluciona esta situación para analizar la decisión final adoptada y sus consecuencias, porque entre otros factores, nuestra sociedad estaremos en iguales o peores condiciones, ya que en relativamente poco tiempo el sector de los adultos mayores será el más numeroso en el país.

Por ello se deberán adoptar medidas para que los jubilados tengan el apoyo económico para una vejez digna, máxime cuando se ha considerado que los recursos de los Afores no les resultarán suficientes para cubrir sus necesidades personales, familiares y sociales.

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