Gato de Barrio /

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Lamentablemente, junto con el crecimiento de los programas sociales del gobierno federal, también han surgido intentos delincuenciales para defraudar a los beneficiarios, en especial a los adultos mayores quienes por exceso de confianza o por desconocer el manejo de dispositivos conectados a internet resultan ser las víctimas ideales.

De los 28 programas oficiales existentes los más propensos al fraude son de la Secretaría de Desarrollo Social, como tales como los Apoyos para el Bienestar de las Niñas y Niños en diversas categorías, de Madres Trabajadoras, para menores, adolescentes y jóvenes en orfandad materna, así como las pensiones para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, con Discapacidad Permanente, además de Sembrando Vida y el Apoyo Microcréditos para el Bienestar.

De acuerdo a lo implementado en el sexenio anterior, las entregas son mediante tarjetas expedidas por el Banco del Bienestar y al programa que se le proporciona más recursos es el de las pensiones para Personas Adultas Mayores, con son seis mil pesos bimestrales. Entonces, cuando estas personas acuden a retirar su dinero, resultan ser objetivo de los delincuentes quienes recurren a todo tipo de estratagemas para lograr sus ilícitos propósitos.

Pero también existen otros recursos para obtener los datos de los beneficiarios, insisto, en especial de adultos mayores, ya sea para quitarles sus apoyos o someterlos a diversos fraudes y/o extorsiones a ellos y/o a sus familiares, como el caso donde presuntos “servidores de la nación”, acuden a los domicilios para “censarlos” con el propósito de integrarlos al inexistente programa de despensas para ese sector social.

Para recibir ese supuesto beneficio –ya que muchos siempre esperan recibir más apoyos gratuitos–, y confiados en que los aparentes “servidores de la nación” visten chalecos “oficiales” en color guinda o café claro, incluso llevan gafete con sellos oficiales de la Secretaría del Bienestar federal, las personas les dan todo tipo de información lo cual los pone en riesgo tanto a ellos como a sus familiares y a las personas de las cuales revelan sus datos.

Si algún individuo va a su domicilio como representante del gobierno federal, no debe ser tan confiado en sus identificaciones y apariencia, y sin dejarlos entrar al domicilio debe verificar tanto su identidad como la veracidad del programa que promueven, para lo cual debe comunicarse a los teléfonos que aparecen en las páginas oficiales en internet. De esa forma se evitará caer en ese nuevo tipo de fraude y perder sus beneficios sociales.

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