ColumnaCulturaEconomía y finanzas

Más sobre cancelación del NAIM / Maullidos Urbanos

 

Gato de Barrio /

gatodebarrio@yahoo.com.mx /

En relación a lo expresado por el presidente Andrés Manuel López Obrador acerca de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, en su colaboración de este lunes en el periódico El Universal, quien fuera integrante del primer gabinete presidencial como Secretario de Hacienda, Carlos M. Urzúa no solo confirmó la versión sobre su respuesta, además amplío información que no reveló el mandatario mexicano y que resulta relevante.

En resumen el inquilino de Palacio Nacional relató que al ser presidente electo consultó con Alfonso Romo, Javier Jiménez Espriú y él mismo –posteriormente designados jefe de la Oficina de Presidencia y secretarios de Comunicaciones y Transportes y de Hacienda y Crédito Público, respectivamente–, quienes expresaron contra la cancelación de las obras en Texcoco.

Detalló que el proyecto del NAIM tenía grandes ventajas, como el estar en desarrollo su construcción y su primera fase se concluiría en el 2021, su diseño era del arquitecto Norman Foster. Ganador del premio Pritzker en 1999; su construcción sería en dos fases independientes, donde la primera incluía  tres pistas paralelas con operaciones simultáneas y una gran terminal de 7.4 hectáreas para atender a 68 millones de pasajeros al año; después se construiría una segunda terminal y tres pistas más, para tener tres despegues y tres aterrizajes simultáneos, así su capacidad se incrementaría entonces a 125 millones de pasajeros por año.

Lo que ya no detalló López Obrador es que, además de esos tres colaboradores también consultó el tema con el ingeniero civil José María Riobóo y un cercano colaborador de éste, el primero un reconocido constructor con quien se relacionó desde que fue jefe de gobierno capitalino y participó en diversas obras públicos, como el segundo piso del periférico.

De acuerdo con la colaboración de Urzúa, tanto Riobóo como su colaborador alentaron sustituir al NAIM por un nuevo aeropuerto en la entonces Base Aérea Militar de Santa Lucía, en Zumpango, Estado de México, lo cual finalmente se desarrolló en lo que actualmente se conoce como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), pero por supuesto donde el constructor tuvo una gran participación en su edificación.

Para justificar esa decisión fue que determinó realizar una “consulta popular” donde con una mínima participación social se determinó cancelar el NAIM y construir el AIFA.

En su colaboración periodística Urzúa admitió que era incorrecto que el NAIM hubiera requerido 300 mil millones de pesos adicionales para su conclusión ya que en el 2018 se tenía fondeada una buena parte del presupuesto de inversión y el resto, menos de 90 mil millones de pesos, resultaba ser una cantidad es significativamente menor a la erogada para el AIFA.

Esta actitud de López Obrador hablar con la verdad a medias puede tener varias explicaciones pero, sin duda implica también expresar mentiras a medias. Sin embargo, podría interpretarse que falta a dos de sus principios éticos –“no robar, no mentir, no engañar”– pero se ve que no le preocupa, por lo tanto así continuará en lo que le resta de su gobierno, sin importarle que el pueblo mexicano resulte perjudicado.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.