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Alebrijes en Cuadratines / Decisiones de autoridad

 

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx / 

Por lo regular en una familia el padre y la madre cumplen con sus responsabilidades de manera eficiente para que todo en casa se mantenga organizado y funcione adecuadamente. Así, el jefe de familia cumple para llevar los recursos a casa, mientras la jefa se encarga de que todo en el hogar se cumpla eficientemente.

El papá sabe cuánto debe esforzarse laboralmente para tener los suficientes ingresos a fin de mantener de la forma más decorosa posible a toda la familia, mientras la mamá distribuye el gasto eficientemente para adquirir los insumos necesarios para preparar la comida, mantener la ropa de toda la familia limpia, en fin, que la casa se encuentre en orden.

Ninguno de ellos pone a consideración de sus hijos, suegros, tíos, primos, cuñados, amigos o hasta conocidos cómo deben distribuir sus ingresos, cuál será el menú diario, a qué horas deben ir al mercado, cada cuándo van de visita a amistades y familiares, en fin no solo saben, también conocen y ejercen sus responsabilidades.

Incluso, cuando es necesario aplican las medidas correctivas a los hijos cuando no cumplen con sus deberes escolares, para ello les proporcionan todo lo necesario para cumplir con sus tares, vigilan que las cumplan, los ayudan para prepararse a sus periódicos exámenes y acudan a la escuela con los útiles necesarios y vistiendo uniformes limpios y calzado lustrado.

Ocasionalmente los padres de familia consultan a los hijos de a dónde ir de vacaciones, el cine y la película que podrán ver todos juntos; también podrían preguntarles si quieren algún tipo de comida por ser su cumpleaños o festejar un evento especial. Por todo lo anterior se establece que la familia funciona eficientemente.

Es decir, los jefes de familia toman las decisiones que consideran más adecuadas para todos, aunque ocasionalmente pueden cometer errores, pero saben rectificar y corregir para salir adelante sin problemas

Ahora traslademos ese ejemplo al gobierno, el cual es encabezado por un presidente al cual, presuntamente, lo contratamos mediante el voto ciudadano, ya que sus promesas políticas resultaron más atractivas que las de otros candidatos.

Ya electo al mandatario se le delegan diversas responsabilidades para que la administración pública funcione correctamente, se ofrezcan los servicios públicos de la mejor manera, así como ofrecer programas sociales para sectores más necesitados.

Por lo tanto quien está al frente del gobierno, así como los padres de familia, son quienes toman las decisiones que consideran más convenientes, por eso son autoridades y tienen el respaldo de todo el marco legal para fundamentar sus disposiciones y actuaciones.

Un ejemplo: el estado puede apoyarse en la policía para prevenir y combatir la delincuencia, incluso en ocasiones haciendo uso de la fuerza de forma controlada para mantener el orden social.

 Por eso resulta absurdo que el presidente Andrés Manuel López Obrador ahora presuntamente pretenda atender y resolver, desde su perspectiva, lo que considera diversos problemas políticos y sociales mediante consultas y elecciones de todo tipo, en lo que llama “democracia participativa”, donde “se escucharía al pueblo” y se acatarían sus decisiones.

Un ejemplo: ha expresado estar en contra de la aplicación del Horario de Verano, bajo el argumento de que no se consultó a la población si estaba de acuerdo, pero es como si preguntara sobre si desean se permita estacionarse en las banquetas, que podría recibir una respuesta positiva cuando, obviamente, no es una práctica adecuada para los peatones. Entonces esa es una medida de autoridad que podrá ser cuestionada pero será acatada.

Sobre la propuesta de López Obrador para legislar una nueva reforma electoral, en realidad es una táctica en contra de los actuales órganos electorales, que quiere ya sea controlar o desaparecer, para crear un instituto controlado por la Secretaría de Gobernación, como cuando el PRI era la aplanadora invencible, pero ahora encabezado por Morena.

Según lo anticipó en las conferencias mañaneras, la designación da los consejeros del INE y los magistrados del Tribunal Electoral Federal, debe ser mediante elección directa, donde cada uno de los tres poderes propondría diez hombres y diez mujeres, para un total de sesenta, de los cuales quienes obtengan las mayores votaciones serán los designados.

Aquí hay un “pero”: si a usted se le descompone su automóvil no acude con un médico, un panadero o un zapatero, va con un mecánico y si es especializado, será mejor. De la misma forma, para esas instituciones deben considerarse a personas capacitadas y con la mayor experiencia posible para siempre obtener los mejores resultados. Así consejeros y magistrados deben ser personas con excelente preparación para el reto que afrontarán, de lo contrario los resultados que ofrezcan a la sociedad podrán ser cuestionados y quizá hasta ilegales.

Finalmente López Obrador planea, como es su costumbre, si todo sale mal culpar a otros factores, aparentemente, ajenos a él, pero si todo funciona correctamente, entonces se colgará la medalla del reconocimiento social. Lo que debemos exigir como ciudadanos es que el político tabasqueño asuma su responsabilidad de sus fallas y aciertos, porque, reitero, debe pensar y actuar como la autoridad que le fue otorgada mediante el voto popular.

 

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