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Aumento en alimentos / Maullidos Urbanos

 

Gato de Barrio

gatodebarrio@yahoo.com.mx

A pesar de las declaraciones oficiales acerca de que en este mes no se registraría la llamada cuesta de enero, la realidad es que sí se han presentado incremento en los precios de varios artículos, tanto de los incluidos en la llamada canasta básica, así como de otros procesados elaborados por diferentes empresas alimenticias.

Amas de casa han resentido nuevos precios en productos del campo, por ejemplo la calabacita y el jitomate, en más del 100%, aunque también debe admitirse que otros productos han presentado ligeras bajas, lo cual puede explicarse por ser sujetos a las condiciones de  oferta y demanda así como a situaciones climáticas, por ello su cotización resulta muy variable.

Pero también otros productos industrializados han tenido aumentos de precios, como los comercializados por Gamesa, Modelo, Sabritas, Barcel, Nestlé, Lala, Alpura, Marinela y Tía Rosa, los cuales van desde uno a tres o cuatro pesos, sin omitir que a refrescos, cigarros y gasolinas se les elevó la carga del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).

Las tortillas, elemento indispensable en las mesas de las familias de la clase popular, también han padecido aumentos variables en diferentes regiones del país, de acuerdo con información proporcionada por la Procuraduría Federal del Consumidor, institución que precisó que el kilogramo llegó hasta los veinte pesos, como sucede en el estado de Veracruz.

En otras ciudades, como Monterrey, la tortilla pasó de 10.30 hasta los 18 pesos; en la Ciudad de México al cierre de 2019 se vendía entre 11 y 14 pesos y ahora se comercializa hasta 16 pesos, es decir un aumento de 14%;

Según la Profeco, en Guadalajara el kilo de tortilla pasó de un precio máximo de 14 pesos a 16 pesos: en Saltillo llegó hasta los 17.50 pesos; en Zacatecas va desde los 9.90 hasta los 16 pesos; en San Luis Potosí llegó hasta los 17 pesos; en Querétaro se vende hasta los 18 pesos; y en Morelia subió de los 11 hasta 16 pesos.

Debe puntualizarse que recientemente se desmintió que habría un aumento en el costo de la energía eléctrica, que de haber sucedido entonces sucedería una avalancha de aumentos en precios y servicios.

En fin, a pesar de los presuntamente positivos anuncios de que no habría aumentos de precios, la realidad es necia y si existen. Si bien el incremento a los salarios mínimos del 20%, falta ver cómo se resolverá esta situación en las negociaciones de los contratos colectivos de trabajo para ver si este beneficio se generaliza a la clase trabajadora.

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