Gato de Barrio /

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Dentro de un año, exactamente el 11 de junio de 2026, iniciará la disputa del Campeonato Mundial de Futbol, organizado conjuntamente entre México, Estados Unidos y Canadá, evento propiedad de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), pero ya desde estos momentos se han presentado una serie de conflictos, por decirlo así, inesperados.

El principal problema ha sido por las secuelas de las políticas implementadas por Donald Trump, presidente de Estados Unidos, al alterar negativamente la economía mundial por sus políticas proteccionistas con la aplicación casi indiscriminada de aranceles a diversas importaciones, como parte de su proyecto MAGA: “Make America Great Again” (“Hacer grande a (Norte) América otra vez”), para intensificar su idea de que “Estados Unidos es primero”.

Para ello ha convertido a los migrantes en su principal objetivo al calificarlos no solo de invasores de su territorio, también de insurrectos, drogadictos, delincuentes y criminales, por lo cual, además de reforzar la vigilancia en sus fronteras, ha desarrollado prácticamente una cacería de presuntos indocumentados para “regresarlos” a sus países de origen.

A consecuencia de ello se han vivido días de violencia en varias ciudades, en particular en Los Ángeles, donde se han desatado hechos de violencia por la ilegal presencia de elementos de la Guardia Nacional, militares y marines, quienes fueron enviados por Trump sin consultarlo ni pedir permiso a las autoridades californianas, ya que tanto el gobernador como autoridades locales se han mostrado en favor de proteger a los migrantes.

Ahora, ante el temor de ser detenidos aunque sean residentes legales, ya que los uniformados persiguen a las personas por el físico latino, que horas antes de iniciar el juego amistoso entre México y Turquía en el Kenan Memorial Stadium, de Carolina del Norte, el reporte era que apenas se habían vendido veinte mil de cincuenta mil lugares, es decir el 40%.

Además, para el juego inaugural del Mundial de Clubes, programado para el 14 de junio, en el estadio Hard Rock entre Inter de Miami y el equipo egipcio Al-Ahly, de acuerdo con el New York Times, sólo se habían vendido menos de veinte mil boletos de los 65 mil disponibles, razón por lo cual se decidió bajar el precio de las entradas para ese y para el resto de los partidos.

En los Mundiales de Rusia y de Qatar se relajaron los requisitos para que los turistas de todo el mundo asistieran, lo que siempre ha pedido la FIFA, pero por el momento el gobierno de Estados Unidos no ha anunciado ningún tipo de facilidad, por ello de no existir ese beneficio, no llegarán todos los visitantes esperados y habrá pérdidas económicas generalizadas.

Sucede que para el Mundial de 2026 están programados 104 partidos de los cuales 78 serán en once ciudades de Estados Unidos, trece en México, en tres estadios, y trece en Canadá en dos ciudades. De mantenerse las actuales políticas migratorias de Trump, entonces se puede anticipar que la asistencia de aficionados extranjeros al territorio norteamericano será mínima, lo cual provocará mucho menos ingresos de los esperados.

Veremos lo que sucederá en la Copa de Oro y, de acuerdo con sus resultados, se podrá anticipar el éxito o el fracaso del Mundial del próximo año.

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