Maullidos Urbanos / Inflación y las gasolinas
Gato de Barrio
Aunque las autoridades del gobierno federal argumentan que varias de sus medidas económicas y financieras son mejores a las aplicadas por las anteriores administraciones, calificadas como neoliberales, los indicadores difundidos en los últimos días indican que no ofrecen los mejores resultados ni las mejores perspectivas.
Por ejemplo el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un alza de 0.63% respecto a febrero, ubicándose la inflación anual en 3.76%, el mayor nivel reportado desde octubre de 2020. De acuerdo con especialistas financieros, este incremento se debe al rebote en los precios de energía ante la recuperación en la cotización internacional del petróleo y varios bienes pecuarios desencadenados por los mayores precios de insumos y, en menor medida, al alza de mercancías como la tortilla.
Aunque una promesa oficial es que no se permitirían alzas en los precios de la gasolina, de acuerdo con el INPC, los productos con variaciones de precios al alza con mayor incidencia fueron la gasolina de bajo octanaje, con una variación mensual de 4.59%, el gas doméstico LP con aumento de 4.28% y la gasolina de alto octanaje, con una alza mensual de 5.08%.
Es decir, estos combustibles se han encarecido –es decir, el nada deseado gasolinazo–, ya que a inicios del 2021, el precio promedio de Premium pasó de 18.77 pesos a 20.24 por litro, mientras la Magna, aumentó de 18.22 a 19.73 pesos, y a pesar de que Hacienda reactivó el estímulo fiscal al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios en estos combustibles para intentar evitar más alzas, los aumentos de precios persisten.
Recuérdese que desde noviembre pasado la meta del Banco de México es mantener la inflación anual por debajo del 4.00%, cifra que de acuerdo con los especialistas podría quedar rebasada en marzo, en gran medida por el rebote en precios de energéticos y otras materias primas, el aumento a los salarios mínimos así como por las distorsiones generadas por el confinamiento, lo cual se refleja en presión en mercancías y debilidad en servicios.
Aunque no se reconozcan públicamente estas condiciones económicas, no se descartan medidas económicas de las autoridades federales, en particular las hacendarias, para contener las alzas de precios, en especial las de las gasolinas.
Porque no es solo que el gobierno de la autodenominada 4-T cumpla su promesa de no gasolinazos y una menor inflación, también evitar el enojo ciudadano que se reflejaría con votos en contra de Morena en las elecciones del 4 de junio, que pondría en riesgo su mayoría política.
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