
Gato de Barrio /
Es frase común el decir que con la diferencia de un voto se gana o se pierde, pero en estos momentos un voto en la Cámara de Senadores representa que pueda o no cambiar no solo el sistema político mexicano no solo tal como lo conocemos actualmente, sino destruir que se ha construido y perfeccionado en lo posible en los últimos cuarenta años-
Porque, tras la ratificación de la sobrerrepresentación de Morena y sus aliados, los partidos Verde y del Trabajo, en la Cámara de Diputados, lo que le otorga la mayoría calificada para aprobar reformas constitucionales, en la de Senadores la alianza encabezada por el actual partido oficial, solo le falta un voto para también poder avalar ese tipo de cambios legales.
Si bien originalmente a Morena solo tenía 83 senadores, dos que fueron postulados por el Partido de la Revolución Democrática, el cual ha perdido el registro legal por no haber alcanzado el mínimo del 3% de votos en el pasado proceso electoral legal, han decidido sumarse al grupo mayoritario. Por ello solo requieren de un voto para ser mayoría calificada.
Fueron los senadores Araceli Saucedo, electa como segunda fórmula en Michoacán, fue militante perredista desde el 2002, electa como segunda fórmula senatorial con unos 600 mil votos para ser la única perredista que alcanzó escaño, mientras el segundo fue José Sabino Herrera Dagdug, destacado por sus actividades ganaderas y diputado en la LXI legislatura del Congreso de Tabasco. Ambos se defendieron al argumentar que la coalición por la cual participaron “ya había desaparecido”.
De lograr Morena sumar a otro senador de oposición, entonces será aprobado el llamado Plan “C” del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya parte central consiste en reformar al Poder Judicial para que sus integrantes sean electos mediante el voto popular y desaparecer a los órganos autónomos para sumarlos a la administración pública, cuya construcción se ha logrado para servir como contrapeso a las autoridades federales.
A pesar de las protestas y manifestaciones no solo de trabajadores del Poder Judicial, también de académicos y estudiantes de Derecho, para no concretar esa reforma, los legisladores morenistas están decididos aprobarla para “un regalo” al actual mandatario.
Esa es la importancia del voto decisivo en la Cámara de Senadores: para no otorgar a Morena y al gobierno federal el poder hacer los cambios a la Constitución a fin de implantar un tipo de dictadura legal, presuntamente respaldada por el voto mayoritario de la ciudadanía pero que no se reflejó en la injusta distribución de los diputados plurinominales.
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